viernes, 27 de septiembre de 2013

PENSAMIENTO DE GANDHI



Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.

Si me das fortuna, no me quites la razón

Si me das éxito, no me quites la humildad.

Si me das humildad, no me quites la dignidad

Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla, no me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo.

Enséñame a querer a la gente como a mí mismo y a no juzgarme como a los demás. No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso.

Más bien recuérdeme que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo.

Enséñame que perdonar es un signo de grandeza y que la venganza es una señal de bajeza.

Si me quitas el éxito, déjame fuerzas para aprender del fracaso, si yo ofendiera a la gente, dame valor para disculparme y si la gente me ofende, dame valor para perdonar.

¡Señor.....si yo me olvido de ti, nunca te olvides de mí !


Mahatma Gandhi


miércoles, 25 de septiembre de 2013

LA LIEBRE Y LA TORTUGA



¿Recuerdas la fábula?

Una tortuga y una liebre siempre discutían sobre quién era más rápida. Para dirimir el argumento, decidieron correr una carrera. Eligieron una ruta y comenzaron la competencia. La liebre arrancó a toda velocidad y corrió enérgicamente durante algún tiempo. Luego, al ver que llevaba mucha ventaja, decidió sentarse bajo un árbol para descansar un rato, recuperar fuerzas y luego continuar su marcha. Pero pronto se durmió. La tortuga, que andaba con paso lento, la alcanzó, la superó y terminó primera, declarándose vencedora indiscutible.

Moraleja: Los lentos y estables ganan la carrera.

Pero la historia no termina aquí: La liebre, decepcionada tras haber perdido, hizo un examen de conciencia y reconoció sus errores. Descubrió que había perdido la carrera por ser presumida y descuidada. Si no hubiera dado tantas cosas por supuestas, nunca la hubiesen vencido. Entonces, desafió a la tortuga a una nueva competencia. Esta vez, la liebre corrió de principio a fin y su triunfo fue evidente.

Moraleja: Los rápidos y tenaces vencen a los lentos y estables.

Pero la historia tampoco termina aquí: Tras ser derrotada, la tortuga reflexionó detenidamente y llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la liebre en velocidad. Como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería. Por eso, desafió nuevamente a la liebre, pero propuso correr sobre una ruta ligeramente diferente. La liebre aceptó y corrió a toda velocidad, hasta que se encontró en su camino con un ancho río. Mientras la liebre, que no sabía nadar, se preguntaba "¿qué hago ahora?", la tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó a su paso y terminó en primer lugar.

Moraleja: Quienes identifican su ventaja competitiva (saber nadar) y cambian el entorno para aprovecharla, llegan primeros.

Pero la historia tampoco termina aquí: El tiempo pasó y tanto compartieron la liebre y la tortuga, que terminaron haciéndose buenas amigas. Ambas reconocieron que eran buenas competidoras y decidieron repetir la última carrera, pero esta vez corriendo en equipo. En la primera parte, la liebre cargó a la tortuga hasta llegar al río. Allí, la tortuga atravesó el río con la liebre sobre su caparazón y, sobre la orilla de enfrente la liebre cargó nuevamente a la tortuga hasta la meta. Como alcanzaron la línea de llegada en un tiempo récord, sintieron una mayor satisfacción que aquella que habían experimentado en sus logros individuales.

Moraleja: Es bueno ser individualmente brillante y tener fuertes capacidades personales.

Pero, a menos que seamos capaces de trabajar con otras personas y potenciar recíprocamente las habilidades de cada uno, no seremos completamente efectivos.

Siempre existirán situaciones para las cuales no estamos preparados y que otras personas pueden enfrentar mejor.

La liebre y la tortuga también aprendieron otra lección vital:

Cuando dejamos de competir contra un rival y comenzamos a competir contra una situación, complementamos capacidades, compensamos defectos, potenciamos nuestros recursos...y obtenemos mejores resultados!

"Para ser exitoso no tienes que hacer cosas extraordinarias. Haz cosas ordinarias, extraordinariamente bien."



martes, 24 de septiembre de 2013

VIVIR MI VIDA


Voy a reír, voy a bailar
Vivir mi vida lalalalá
Voy a reír, voy a gozar
Vivir mi vida lalalalá

Voy a reír (eeso!), voy a bailar
Vivir mi vida lalalalá
Voy a reír, voy a gozar
Vivir mi vida lalalalá

A veces llega la lluvia
Para limpiar las heridas
A veces solo una gota
Puede vencer la sequía

Y para qué llorar, pa' qué
Si duele una pena, se olvida
Y para qué sufrir, pa' qué
Si así es la vida, hay que vivirla
Lalalé

Voy a reír, voy a bailar
Vivir mi vida lalalalá
Voy a reír, voy a gozar
Vivir mi vida lalalalá

Eeeso!

Voy ha vivir el momento
Para entender el destino
Voy a escuchar en silencio
Para encontrar el camino

Y para qué llorar, pa' qué
Si duele una pena, se olvida
Y para qué sufrír, pa' qué
Si duele una pena, se olvida
Lalalé

Voy a reír, voy a bailar
Vivir mi vida lalalalá
Voy a reír, voy a gozar
Vivir mi vida lalalalá

Mi gente!
Toooma!

Voy a reír, voy a bailar
Pa' qué llorar, pa' que sufrir
Empieza a soñar, a reír
Voy a reír (ohoo!), voy a bailar
Siente y baila y goza
Que la vida es una sola
Voy a reír, voy a bailar
Vive, sigue
Siempre pa'lante
No mires pa'trás
Eeeso!
Mi gente
La vida es una haha

Voy a reír, voy a bailar
Vivir mi vida lalalalá
Voy a reír, voy a gozar

Vivir mi vida lalalalá



lunes, 23 de septiembre de 2013

DISCURSO STEVE JOBS EN LA UNIVERSIDAD DE STANFORD




Tengo el honor de estar hoy aquí presente en la ceremonia de graduación de una de las más prestigiosas universidades en el mundo. A decir verdad, esto es lo más cerca que estuve jamás de una graduación universitaria. Hoy deseo contarles tres relatos acerca de mi vida. Eso es todo. Nada del otro mundo. Simplemente tres relatos.

El primer relato es acerca de unir los distintos puntos.

Abandoné los estudios en Reed College después de los primeros 6 meses, pero luego permanecí como oyente por otros 18 meses aproximadamente antes de dejarlos completamente. Así que, ¿por qué abandoné?

Todo comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era una joven soltera, graduada universitaria, que decidió colocarme en adopción. Creía enérgicamente que debía ser adoptado por universitarios graduados, de modo tal que todo se organizó para que fuese adoptado al nacer por un abogado y su esposa. Excepto que cuando emergí ellos decidieron a último momento que deseaban una niña. Así que mis padres, que estaban en una lista de espera, recibieron una llamada en el medio de la noche que decía: “Tenemos un varoncito inesperado, ¿lo quieren?” Dijeron: “Por supuesto.” Mi madre biológica averiguó más tarde que mi madre adoptiva nunca se había graduado de la universidad y que mi padre nunca había terminado el colegio secundario. Se rehusó a firmar los papeles definitivos de adopción. Solo se avino a hacerlo unos meses después, cuando mis padres le prometieron que algún día yo iría a la universidad.

Y 17 años más tarde fui a la universidad. Pero ingenuamente elegí una universidad que era casi tan cara como Stanford, y todos los ahorros de mis padres de clase trabajadora se estaban destinando a mis aranceles universitarios. Luego de seis meses, no le encontraba sentido a esto. No tenía idea de lo que quería hacer con mi vida y tampoco de qué manera la universidad me ayudaría a resolverlo. Y aquí me encontraba desperdiciando todo el dinero que mis padres habían ahorrado durante toda su vida. Así que decidí abandonar los estudios y confiar que todo se arreglaría eventualmente. Era una decisión bastante temerosa en ese momento, pero a la distancia fue una de las mejores decisiones que pude haber tomado. En el momento en que abandonara la universidad podía dejar de asistir a las clases que no me interesaban, y sí participar como oyente de aquellas que parecían interesantes.

No todo fue romántico. No tenía un dormitorio, así que dormía en el piso en las habitaciones de amigos, devolvía las botellas de gaseosa para obtener los 5 centavos de depósito para comprar comida, y caminaba las 7 millas a través de la ciudad cada domingo por la noche para recibir una buena comida una vez por semana en el templo Hare Krishna. Me encantaba. Y mucho con lo que tropecé más adelante como consecuencia de hacerle caso a mi curiosidad e intuición resultó no tener precio después.

Déjenme darles un ejemplo: Reed College en ese momento ofrecía quizás el mejor aprendizaje de caligrafía del país. En toda la ciudad universitaria cada cartel, cada etiqueta en cada cajón, era caligrafiado a mano de una manera bellísima. Dado que había abandonado los estudios y no tenía que asistir a las clases normales, decidí tomar un curso de caligrafía para aprender cómo se hace eso. Aprendí acerca de los tipos de letra con trazos de pie, cómo variar la cantidad de espacio entre diferentes combinaciones de letras, todo aquello que hace que la admirable tipografía sea grandiosa. Era hermoso, histórico, artísticamente sutil de un modo que la ciencia no puede captar, y yo lo consideraba fascinante.

Nada de esto albergaba siquiera la mínima esperanza de alguna aplicación práctica en mi vida. Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando la primera computadora Macintosh, todo volvió a mi mente. Y lo volcamos todo en la Mac. Era la primera computadora con bellísima tipografía. De no haber asistido a ese único curso universitario, la Mac no hubiera tenido nunca tipos de letras múltiples o fuentes espaciadas proporcionalmente. Y dado que Windows simplemente copió a Mac, es posible que ninguna computadora personal las hubiera tenido. De haber proseguido mis estudios universitarios, no hubiera asistido a ese curso de caligrafía, y las computadoras personales no tendrían la maravillosa tipografía que tienen.

Por supuesto que era imposible haber unido los diferentes puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en la universidad. Pero fue muy, muy claro al mirar para atrás diez años más tarde.

Nuevamente, no se pueden unir los distintos puntos mirando para adelante; se pueden unir únicamente mirando hacia atrás. Así que deben confiar que de alguna manera los puntos se unirán en el futuro. Deben confiar en algo sus agallas, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Este enfoque no me ha traicionado nunca, e hizo toda la diferencia en mi vida.
...
Mi segundo relato es acerca del amor y la pérdida.


Yo tuve suerte – descubrí lo que realmente quería hacer temprano en mi vida. Woz y yo comenzamos con Apple en el garaje de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos duro, y en 10 años Apple creció de ser una empresa compuesta por nosotros dos en un garaje a una empresa de $2 mil millones con más de 4000 empleados. Habíamos lanzado nuestra creación más refinada – Macintosh – un año antes, y yo acababa de cumplir 30. Y después me despidieron. ¿Cómo se puede ser despedido de la empresa que uno inició?

Pues, a medida que Apple crecía contratamos a alguien que yo pensaba que era sumamente talentoso para dirigir la empresa conmigo, y durante el primer año o más las cosas anduvieron bien. Pero luego nuestras visiones acerca del futuro comenzaron a diferir y eventualmente tuvimos una disputa.

Al tenerla, nuestro Directorio lo apoyó a él. Así que a los 30 estuve afuera. Y bien afuera. Aquello en lo que me había concentrado durante toda mi vida adulta había desaparecido, y fue devastador.

Realmente no supe qué hacer durante unos pocos meses. Sentía que había decepcionado a la anterior generación de emprendedores – que había soltado la batuta mientras que me la estaban pasando. Me reuní con David Packard y Bob Noyce y traté de disculparme por haber echado a perder las cosas de tal manera. Yo representaba un fracaso público muy importante, y hasta pensé en retirarme del valle.

Pero poco a poco empecé a darme cuenta que todavía amaba lo que estaba haciendo. El curso de los acontecimientos en Apple no había cambiado eso para nada. Había sido rechazado, pero aún amaba lo mío. Así que decidí empezar de nuevo.

No me dí cuenta entonces, pero resultó que el hecho de haber sido despedido de Apple fue lo mejor que me pudo haber pasado. El peso del éxito fue reemplazado por la facilidad de convertirme en un principiante una vez más, con menor certidumbre acerca de todo. Me dio rienda suelta para ingresar en uno de los períodos más creativos de mi vida.

Durante los próximos cinco años, inicié una empresa llamada NeXT, otra empresa llamada Pixar y, me enamoré de una maravillosa mujer que se convertiría en mi esposa. Pixar llegó a crear el primer largometraje animado por computadora en el mundo, Toy Story, y en la actualidad es el estudio de animación más exitoso a nivel mundial. En un giro destacado de acontecimientos, Apple adquirió NeXT, volví a Apple, y la tecnología que desarrollamos en NeXT está en lo más recóndito del renacimiento actual de Apple. Y tenemos, Laurene y yo, una maravillosa familia juntos. Estoy seguro de que nada de esto hubiera pasado de no haber sido despedido de Apple. Fue un trago amargo, pero creo que el paciente lo necesitaba.

A veces la vida golpea en la cabeza con un ladrillo. No pierdan la fe. Estoy convencido de que lo único que me mantenía en curso era que amaba lo que hacía. Deben encontrar lo que realmente les apasiona. Y esto es tan cierto respecto del trabajo como lo es respecto del amor. El trabajo les llenará una parte importante de sus vidas, y la única manera de sentirse realmente satisfecho es realizar lo que consideran un gran trabajo. Y el único modo de realizar un gran trabajo es amar lo que uno hace. Si no lo han encontrado aún, sigan buscando. No se conformen. Así como sucede con todos los asuntos del corazón, sabrán cuando lo hayan encontrado. Y, así como sucede en cualquier gran relación, mejora más y más a medida que transcurren los años. Así que sigan buscando hasta que lo encuentren. No se conformen.
...
Mi tercer relato es acerca de la muerte.

Cuando tenía 17, leí una cita que decía más o menos lo siguiente: “Si vives cada día como si fuera el último, algún día seguramente tendrás razón.” Me impresionó, y desde entonces, por los últimos 33 años, he mirado en el espejo cada mañana y me he preguntado: “¿Si hoy fuese el último día de mi vida, querría hacer lo que estoy por hacer hoy?” Y cada vez que la respuesta ha sido “No” durante demasiados días seguidos, sé que debo cambiar algo.

El recordar que estaré muerto pronto es la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones en la vida. Porque casi todo – todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo temor a la vergüenza o al fracaso – todas estas cosas simplemente desaparecen al enfrentar la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante. Recordar que uno va a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que hay algo por perder. Ya se está indefenso. No hay razón alguna para no seguir los consejos del corazón.

Me diagnosticaron un cáncer hace un año aproximadamente. Me practicaron una tomografía computada a las 7:30 de la mañana, y claramente mostraba un tumor en mi páncreas. Yo ni sabía lo que era el páncreas. Los médicos me dijeron que éste era seguramente un tipo de cáncer incurable, y que no llegaría a vivir más de tres a seis meses. Mi médico me aconsejó ir a casa y arreglar mis asuntos, que es el código médico para prepararse para morir.

Quiere decir que hay que tratar de explicarles a los hijos todo aquello que pensaba que iba a tener diez años para contarles, en pocos meses. Significa asegurarse de tener todo puntualmente arreglado de modo que sea lo más fácil posible para la familia. Significa empezar a decir adiós.

Pasé el día entero con ese diagnóstico. Luego por la tarde me realizaron una biopsia, en la que introdujeron un endoscopio por la garganta, a través del estómago y hasta los intestinos, pusieron una aguja en mi páncreas y retiraron algunas pocas células del tumor. Estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me dijo que cuando vieron las células bajo el microscopio los médicos comenzaron a gritar porque resultó que era una forma muy rara de cáncer pancreático que se cura mediante cirugía. Me realizaron la cirugía y estoy bien ahora.

Fue lo más cerca que me encontré de la muerte, y espero que sea lo más cerca que me encuentre por varias décadas. Habiendo pasado esto, les puedo decir lo siguiente con un poco más de seguridad que cuando la muerte era un concepto útil pero puramente intelectual: Nadie quiere morir. Aún la gente que quiere ir al cielo no quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha logrado escapar. Y así es como debiera ser, porque la muerte es muy probablemente la única mejor invención de la vida. Es el agente de cambio de la Vida. Retira del camino lo viejo para dar paso a lo nuevo. En este momento lo nuevo son ustedes, pero algún día no demasiado lejano, gradualmente se convertirán en lo viejo y se los sacará del camino. Lamento ser tan dramático, pero es realmente cierto.

Su tiempo es limitado, así que no lo malgasten viviendo la vida de otro. No se dejen atrapar por el dogma – que implica vivir con los resultados de las creencias de otros. No permitan que el ruido de otras opiniones ahogue vuestra voz interior. Y lo que es más importante, tengan el coraje de seguir a sus corazones e intuición. De algún modo ellos ya saben lo que ustedes realmente quieren llegar a ser. Todo lo demás es secundario.

Cuando era joven, existía una publicación maravillosa llamada The Whole Earth Catalog, que era una de las biblias de mi generación. La había creado un sujeto llamado Steward Brand no demasiado lejos de aquí en Menlo Park, y le transmitió su toque poético. Esto sucedía en los últimos años de la década de 1960, con anterioridad a la publicación mediante computadoras personales y de escritorio, así que todo se llevaba a cabo con máquinas de escribir, tijeras, y cámaras Polaroid. Era una clase de Google en edición rústica, 35 años antes de la aparición de Google: era idealista, y desbordante de herramientas prolijas e ideas importantes. Stewart y su equipo publicaron varias ediciones de The Whole Earth Catalog, y luego cuando había cumplido su ciclo, publicaron una edición final.

Esto sucedía a mediados de la década de 1970, y yo tenía la edad de ustedes. En la tapa de la edición final había una fotografía de un camino rural a primeras horas de la mañana, del tipo de ruta que ustedes caminarían si fueran tan aventureros. Debajo de la foto aparecían las siguientes palabras: “Si no se tiene avidez por el conocimiento, no se conocerá el éxito”. Era su mensaje de despedida al anunciar el fin de la publicación.

Si no se tiene avidez por el conocimiento, no se conocerá el éxito. Y siempre he deseado eso para mí. Y ahora, que ustedes se gradúan para empezar de cero, deseo eso para ustedes
.

Si no se tiene avidez por el conocimiento, no se conocerá el éxito.

viernes, 20 de septiembre de 2013

EL TREN DE LA VIDA




La vida no es más que un viaje por tren. Repleto de embarques y desembarques; salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos embarques y profundas tristezas en otros.

Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas que creemos estarán siempre con nosotros en este viaje: nuestros padres.

Lamentablemente, la verdad es otra. Ellos se bajarán del tren en alguna estación dejándonos huérfanos de su cariño, amistad y de su compañía irremplazable.

No obstante, eso no impide que se suban otras personas que serán muy especiales para nosotros.

Llegan nuestros hermanos, amigos y esos amores maravillosos.

Unos encontrarán en el tren un simple paseo; otros hallarán solo tristeza y otros estarán siempre listos para ayudar a quien lo necesite.

Muchos al bajar dejan una añoranza permanente. Otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta de que desocuparon el asiento.

Es curioso constatar que algunos pasajeros, quienes nos son más queridos, se acomodan en vagones distintos al nuestro. Se nos obliga a hacer el trayecto separados de ellos. No se nos impide que durante el viaje, recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a ellos.

Pero lamentablemente ya no podremos sentarnos a su lado, pues habrá otra persona ocupando el asiento.

No importa, el viaje se hace de este modo: lleno de desafíos, sueños; fantasías; esperas y despedidas.. pero jamás de regresos. Entonces... hagamos este viaje de la mejor manera posible.


miércoles, 18 de septiembre de 2013

SABÍAS...






Sabías...


1. Que siempre existen tres enfoques en cada historia: mi verdad, tu verdad y la verdad

2. Que toma mucho tiempo llegar a ser la persona que deseas ser.

3. Que es más fácil reaccionar que pensar.

4. Que podemos hacer mucho más cosas de las que creemos poder hacer.

5. Que no importan nuestras circunstancias, lo importante es cómo interpretamos nuestras circunstancias.

6. Que no podemos forzar a una persona a amarnos, únicamente podemos ser alguien que ama. El resto depende de los demás.

7. Que requiere años desarrollar la confianza y un segundo destruirla.

8. Que dos personas pueden observar la misma cosa, y ver algo totalmente diferente.

9. Que las personas honestas tienen más éxito al paso del tiempo.

10. Que podemos escribir o hablar de nuestros sentimientos, para aliviar mucho dolor.

11. Que no importa qué tan lejos he estado de DIOS, siempre me vuelve a recibir.

12. Que todos somos responsables de nuestros actos.

13. Que existen personas que me quieren mucho, pero no saben expresarlo.

14. Que puedo hacer todo o nada con mi mejor amigo y siempre gozar el momento.

15. Que a veces las personas que menos esperamos, son las primeras en apoyarte en los momentos más difíciles.

16. Que la madurez tiene que ver más con la experiencia que hemos vivido, y no tanto con los años que hemos cumplido.

17. Que hay dos días de cada semana por los que no debemos de preocuparnos: ayer y mañana. El único momento valioso es ahora.

18. Que aunque quiera mucho a la gente, algunas personas no me devolverán ese amor.

19. Que no debemos competir contra lo mejor de otros, sino competir con lo mejor de mí.

20. Que puedo hacer algo por impulso y arrepentirme el resto de mi vida.

21. Que la pasión de un sentimiento desaparece rápidamente.

22. Que si no controlo mi actitud, mi actitud me controlara a mí.

23. Que nunca debo decirle a un niño que sus sueños son ridículos, que tal si me cree?

24. Que es más importante que me perdone a mí mismo a que otros me perdonen.

25. Que no importa si mi corazón está herido, el mundo sigue girando.

26. Que la violencia atrae más violencia.

27. Que decir una verdad a medias es peor que una mentira.

28. Que es difícil ser positivo cuando estoy cansado.

29. Que es mucho mejor expresar mis sentimientos, que guardarlos dentro de mí.



Para ser exitosos no tenemos que hacer cosas extraordinarias.


lunes, 16 de septiembre de 2013

EL CABALLO EN EL POZO





Un campesino, que luchaba con muchas dificultades, poseía algunos caballos para que lo ayudasen en los trabajos de su pequeña hacienda. Un día, su capataz le trajo la noticia de que uno de los caballos había caído en un viejo pozo abandonado. El pozo era muy profundo y sería extremadamente difícil sacar el caballo de allí. El campesino fue rápidamente hasta el lugar del accidente, y evaluó la situación, asegurándose que el animal no se había lastimado. Pero, por la dificultad y el alto precio para sacarlo del fondo del pozo, creyó que no valía la pena invertir en la operación de rescate. Tomó entonces la difícil decisión de decirle al capataz que sacrificase el animal tirando tierra en el pozo hasta enterrarlo, allí mismo.

Y así se hizo. Comenzaron a lanzar tierra dentro del pozo de forma de cubrir al caballo. Pero, a medida que la tierra caía en el animal este la sacudía y se iba acumulando en el fondo, posibilitando al caballo para ir subiendo. Los hombres se dieron cuenta que el caballo no se dejaba enterrar, sino al contrario, estaba subiendo hasta que finalmente consiguió salir.

Si estás "allá abajo", sintiéndote poco valorado, y otros lanzan tierra sobre ti, recuerda el caballo de esta historia: Sacude la tierra y sube sobre ella. 



viernes, 13 de septiembre de 2013

DAR VIDA



La vida es tan grande y tan pequeña a la vez, que si tú quisieras de ella harías un mundo de ilusiones, que con el tiempo alcanzaría grandes propósitos impuestos por ti mismo.

Es tan pequeña cuando no hay interés, ni cuidados, ni amor por ella misma.

Un descuido lamentable y todo acaba, dejando apagar esa flama que fue ardiente por solo una desilusión; siendo que se tenían tantas ilusiones.

Como aquel grano que un día comenzó a germinar, que fue cuidado con amor, deseos de prosperidad y que creció, dio alegría, sombra, refugio, fruto, semilla y esperanza de un andar, un seguir, un continuar, así la vida sigue si se lo permitimos.

Hay cosas inexplicables que nos suceden, pero todo tiene un fin y una explicación lógica, solo debes utilizar un poco mas de tu misma vida y tu tiempo para encontrarla y aprender de ella sin perder oportunidad.

Recuerda, "Lo que cuesta, que valga".

Esta vida no termina, eres luz y vida. Y esa vida crecerá según como hayas dejado huella, así como eres ejemplo de vida debes darlo también no solo procreando.

Entrégate dando lo mejor de ti, eres vital para que ella continúe.

No desfallezcas, los grandes logros comenzaron muy pequeños, pero tuvieron aliento de alguien con esperanza que no sosegó, que no dejó de tener fe y que anteponiéndose aún a las adversidades han sido realizados.

Cuando tropieces, cuando sientas desfallecer o cuando creas que todo a terminado; voltea un poco hacia atrás, voltea a tu alrededor y recuerda todos tus proyectos.

Ve el ejemplo de vida en los demás seres, fíjate en todo, pero principalmente en lo positivo y agradece a Dios un minuto más de vida, agradece esa oportunidad mas y el criterio que te ha formado para ver las cosas de la mejor manera.


Siente tu vida y da vida!!.



jueves, 12 de septiembre de 2013

DÍ LO QUE SIENTES




Siempre dí lo que sientes y haz lo que piensas...

  • Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.
  • Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más.
  • Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente.
  • Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría te quiero y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuánto te quiero y que nunca te olvidaré.

El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo.

Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas.

Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para un sonrisa, un abrazo, un beso, y que estuviste muy ocupado para concederle a alguien un último deseo.

Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus pensamientos secretos.


Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos.




lunes, 9 de septiembre de 2013

MI HIJO ESTA CONMIGO



Era un hombre que tenía un hijo al que amaba profundamente. Por algún motivo se vio obligado a viajar y tuvo que dejar a su hijo en casa. El niño tenía ocho años y su padre sólo vivía para él. Habiéndose enterado de la partida del dueño de la casa, unos bandoleros aprovecharon su ausencia para entrar en ella y robar todo lo que contenía. Descubrieron al jovencito y se lo llevaron con ellos, no sin antes incendiar la casa.

Pasaron unos días. El hombre regresó a su hogar y se encontró con la casa derruida por el incendio.

Alarmado, buscó entre los restos calcinados y halló unos huesecillos, que dedujo eran los del cuerpo abrasado de su amado hijo. Con ternura infinita, los introdujo en un saquito que se colgó al cuello, junto al pecho, convencido de que aquéllos eran los restos de su hijo. Unos días más tarde, el niño logró escapar de los perversos bandoleros y, tras poder averiguar dónde estaba la nueva casa de su padre, corrió hasta ella e insistentemente llamó a la puerta.

  --¿Quién es? -preguntó el padre.

  --Soy tu hijo -contestó el niño.

  --No, no puedes ser mi hijo -repuso el hombre, abrazándose al saquito que colgaba de su cuello-. Mi hijo ha muerto.

  --No, padre, soy tu hijo. Conseguí escapar de los bandoleros.

  --Vete, ¿me oyes? Vete y no me molestes -ordenó el hombre, sin abrir la puerta y aprisionando el saquito de huesos contra su pecho. Mi hijo está conmigo.

  --Padre, escúchame; soy yo.

  --¡He dicho que te vayas! -replicó el hombre-. Mi hijo murió y está conmigo. ¡Vete!

  Y no dejaba de abrazar el saquito de huesos.




  *El Maestro dice: El apego, ¿te deja ver?, ¿te deja oír?, ¿te deja comprender? El apego te aferra a lo irreal e ilusorio y cierra tus oídos a lo Real y Trascendente.



viernes, 6 de septiembre de 2013

LO PREFIERO HOY Y NO MAÑANA



Prefiero que compartas conmigo unos pocos minutos
ahora que estoy vivo y no
una noche entera cuando muera.

Prefiero que estreches suavemente mi mano
ahora que estoy vivo, y no que apoyes tu cuerpo
sobre mi cuando muera.

Prefiero que hagas una sola llamada
Ahora que estoy vivo y no que emprendas
un inesperado viaje cuando muera.

Prefiero que me regales una sola flor
ahora que estoy vivo y no me envíes
un hermoso ramo cuando muera.

Prefiero que elevemos al cielo una oración
ahora que estoy vivo y no una misa cantada
cuando muera.

Prefiero que me digas unas palabras de aliento
ahora que estoy vivo y no
un desgarrador poema cuando muera.

Prefiero escuchar un solo acorde de guitarra
ahora que estoy vivo, y no
una conmovedora serenata cuando muera.

Prefiero disfrutar de los más mínimos detalles
ahora que estoy vivo y no
de grandes manifestaciones cuando muera.

Aprende a gozar, el dar en vez del recibir,
así nunca desesperaras, en el esperar.
Si das lo que tienes en tu corazón,
nunca lo tendrás cargado esperando
la oportunidad para darlo,
porque por norma las oportunidades
nunca las ves, en ocasiones
las alcanzas a ver sólo cuando ya pasaron.


Aprovechemos a nuestros seres queridos,

ahora que están entre nosotros.